El Dépor disfruta de la mejor versión de Riki,
tan elogiado por sus arrebatos de sinceridad como criticado en Riazor
por su propensión a dejarse caer en las pugnas con los defensas rivales.
Pero ahora, a los 32 años, asegura entre risas que ha conseguido
tirarse con más naturalidad. «Todo se aprende en la vida, unas veces más
tarde, otras más temprano. Cada uno tiene su manera de jugar y habrá
partidos en los que a lo mejor me caigo más o me fuercen más, otros en
los que no, pero intento por mi bien no caer, porque soy consciente de
que no puedo caer, claro», afirmó.
Hasta el padre del delantero bromeaba con el
juego de su vástago y no dudó en llamarle El Piscinas por su querencia a
tirarse en el área, un sello de identidad que le causó problemas con
los árbitros. Y que se sumaron a los repetidos contratiempos musculares
que han perseguido al jugador desde que llegó al Dépor en el 2006.
Esta temporada, en cambio, parece haber dado
esquinazo a ambas dificultades. Frente al Barcelona Paradas Romero le
pitó su primer penalti de la temporada, en un lance de pillo que,
además, parece producirse fuera del área. Y, poco después, expulsó a
Mascherano tras castigarlo con dos amarillas en sendas acciones junto al
deportivista. Riki también disfruta de un largo período sin lesiones.
Va camino de batir los registros de su primera temporada como
blanquiazul, cuando comenzó y acabó diez partidos, pues ahora ha
disputado los 90 minutos en tres de las ocho primeras jornadas.
Lesión de Salomão
Las lesiones sí que parecen ensañarse con
Salomão, quien disputó contra el Barcelona sus primeros minutos de
competición en los cinco últimos meses. Pese a que se entrenó el pasado
domingo, las pruebas que se le practicaron ayer revelaron una nueva
dolencia muscular en la pierna derecha.@XALOMONTE
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