Riazor prepara sus mejores galas para acompañar a
su equipo esta noche en la procura de un sueño. El Dépor aspira a
doblegar a un Barcelona de cuento y capaz de reescribir la historia del
fútbol con un juego alegre, ofensivo y basado en el enorme talento de
unos futbolistas irrepetibles. Pese al enorme desafío que supone esta
empresa, ayer en Abegondo se respiraban vientos de encerrona, espíritu
de esfuerzo común y un discurso único. «Vamos a dar el máximo para
ganar», resumió Nelson Oliveira.
Así, los primeros pasos hacia la gesta están
dados y con el siguiente ya se cuenta de antemano. Es seguro que la
afición, el verdadero alma de Riazor, no fallará. La grada está ansiosa
por guiar a su equipo en pos de un triunfo de más de tres puntos, pues a
las ganas de levantar el vuelo desde los puestos de descenso se
añadiría un fenomenal plus de autoestima que borraría alguno de los
sinsabores de este arranque de campeonato.
Oltra anunció ayer la misma lista de convocados
de la última derrota de Vallecas, pero se espera que no repita el once.
Todo indica que Evaldo agotó el crédito y la paciencia del entrenador,
por lo que, aunque figuró entre los 18 elegidos, se sentará en el
banquillo y Ayoze será titular por primera vez en la temporada. El resto
de la alineación sería la misma que se enfrentó al Rayo, con el doble
pivote formado por Abel Aguilar y Álex Bergantiños a la espalda de
Valerón, quien volverá a formar sociedad en ataque con Riki. El riguroso
orden defensivo, el aprovechamiento de las jugadas de estrategia y la
rápida salida al contragolpe se tornan en las recetas coruñesas para
soñar con el triunfo.
El partido llega en un mal momento para el Barça,
que acude a A Coruña con Messi en el banquillo, sin gasolina tras los
partidos con su selección, y con la defensa hecha unos zorros, pues
Alves, Puyol y Piqué están lesionados. Vilanova podría recurrir a su
apuesta del clásico, con el lateral Adriano como central, o quizá
decantarse por el mediocentro Song. La apuesta ofensiva se torna en una
incógnita y dependerá más del grado de cansancio de los Xavi, Iniesta y
compañía que de un verdadero plan para jugarle al Dépor. En Riazor la
encerrona está servida.
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