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miércoles, 22 de agosto de 2012

NELSON OLIVEIRA YA DISFRUTA EL EL DEPOR











Cuando el pasado verano el Benfica no aceptó la cesión de Nelson Oliveira (Barcelos, 1991)al Dépor, poco podía imaginar el joven delantero que meses después la vida le iba a sonreír del modo que lo está haciendo. La llamada de Paulo Bento para disputar la Eurocopa fue la primera alegría que se llevó. Su llegada a A Coruña, la segunda.
Aquel adolescente en el que un día puso sus ojos Jose Mourinho para llevárselo al Chelsea ha sido capaz en solo una semana de acaparar portadas en Portugal y España. Nelson Oliveira, el futbolista al que su entrenador del Benfica apenas alineaba en Liga y cuando lo hacía en Copa siempre lo elegía como el primer sustituido (jugaba porque es obligatorio en esta competición, que sitúe dos lusos en el once inicial), sonríe ahora en A Coruña después de haber marcado dos golazos -uno con su selección y otro con el Deportivo-.
Atrás quedaron esas horas de tristeza viendo cómo Rodrigo y Cardoso le tapaban su progresión en el club de sus amores. Porque si algo tuvo claro siempre este futbolista criado entre sticks de hockey es que quería triunfar en el Benfica.
Por eso, lo apostó todo a una carta con 15 años y se marchó a Lisboa. Poco después, su corazón de águila vibró cuando hizo la pretemporada con el primer equipo de la mano de Quique Sánchez Flores. Desde entonces, tuvo que vivir con la etiqueta de promesa del fútbol portugués. Y con ella se fue cedido al Río Ave y al Paços de Ferreira para regresar de nuevo al Benfica para ver cómo otros le tapaban la progresión.
Por eso, desde hace meses puso todo de su parte para buscarse oportunidades fuera de su país. Le gustaba la Liga española y apostó por la cercanía gallega para reivindicarse esta temporada y regresar a su casa ya hecho un hombre.
Redención
De momento, ha empezado con buen pie. Después del incidente vivido en las carreteras de su país, cuando hace una semana daba positivo en un control de alcoholemia, supo responder con dos goles para convertir en un simple pecado de juventud lo que podía haber sido calificado de falta grave.
«Creo que lo que pasó es algo normal. Salí, tenía un cumpleaños y bebí un poco más, aunque no estaba borracho. Tenía libre al día siguiente. Pero ya está olvidado, no pasa nada. Cuando ganas, todo el mundo se olvida de lo malo; si perdiésemos, ahora se hablaría de eso», reflexionaba ayer en la sala de prensa, un día después de firmar una vaselina que será recordada no solo por su ejecución final, sino por los cuarenta metros que recorrió en su debut liguero en Riazor. Una delicatesen sobre la que él habla con la naturalidad de su carácter: «A veces me gusta finalizar de esa forma. Fue cosa del momento, creí que tenía buenas condiciones para hacer una vaselina y felizmente salió bien. Me sentí feliz y orgulloso al verla repetida». Igual de orgulloso que se sintió un estadio municipal de Riazor del número 25 blanquiazul. Un jugador que sueña con ser el número 1.fuente la voz. @XALOMONTE

1 comentario:

  1. La definició en su gol dice mucho y bien del jugador portugués , habrá que seguirle con más atención en jornadas venideras .

    Un saludo

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