ÁLVARO OLMEDO
Un paso atrás para coger impulso. Con esa filosofía se tomó el
deportivismo el descenso y con esa fuerza ha vuelto. Lejos de la
regresión del último lustro, donde la deuda del club y el recuerdo del
pasado limaron la ilusión de la ciudad, la temporada del regreso a
Primera se afronta de otra forma en La Coruña. Después de tocar fondo,
el entusiasmo por vivir de nuevo lo que parecía arrebatado es máximo.El estado de las cuentas sigue siendo terrible, pero la inercia ganadora labrada en Segunda y las cesiones vía Mendes -el central Roderick, el lateral Evaldo, los mediocentros Abel Aguilar y André Santos, los extremos Salomao y Pizzi y el punta Nelson Oliveira- auguran un equipo competitivo, aunque el objetivo del club no puede ser mayor que conseguir la permanencia.
Riazor, otra vez lleno
Lo mejor, como sucediera la pasada campaña, será volver a ver Riazor lleno. Lejos de individualidades, por más que un recorte de Valerón siga justificando el precio de una entrada, el mayor activo de la entidad blanquiazul son los más de 25.000 socios que consiguió en Segunda. Una cifra que no se alcanzaba desde los años que el Superdepor de Irureta peleaba -y ganaba- títulos.
De como salga la lotería de las cesiones, de que a Valerón y Riki les respete el físico y de que gallegos y portugueses sigan siendo 'primos hermanos' dependerá que el estadio coruñés vuelva a ser un fortín... en Primera.fuente Marca. @XALOMONTE
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