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martes, 12 de junio de 2012

LUTO POR MANUEL MONTIEL D.E.P

Martes 10/04/2012 20:00, DEPOR Sport, A Coruña

El deportivismo se vistió ayer de luto por la muerte de Manuel Montiel Duque, una de las personas clave en el equipo de trabajo de Augusto César Lendoiro desde que se hizo cargo de la presidencia del conjunto blanquiazul en el año 1988. Montiel, cuyo estado de salud era delicado desde hace tiempo, falleció ayer por la mañana.


Manuel Montiel permaneció en el Real Club Deportivo desde junio de 1988 hasta el mismo mes del año 2007. En ese amplio periodo ejerció los cargos de directivo, director general y consejero de la entidad, siendo uno de los más estrechos colaboradores de Augusto César Lendoiro, con el que ya había trabajado en la directiva del Español de Santa Lucía y en la delegación coruñesa de la Federación Gallega de Balonmano. Tres meses después de abandonar el club recibió un más que merecido homenaje de los que fueron sus compañeros en la primera junta directiva de Lendoiro en el Deportivo.
Manuel Montiel, como director general del Deportivo, tuvo un destacado papel en la Liga de Fútbol Profesional, que le otorgó su Medalla de Oro en el año 2000, justo después de abandonar ese cargo y pasar a ser consejero.

Una vida ligada al deporte no es un tópico en el caso de Manuel Montiel Duque. Un coruñés nacido el 8 de abril de 1935 en plena Ciudad Vieja, algo de lo que se sentía especialmente orgulloso, ya que decía que era la capital de la ciudad herculina. Su primer contacto con el mundo del deporte lo tuvo a la edad de seis años cuando su padre empezó a llevarlo asiduamente al antiguo estadio de Riazor. Sería el comienzo de una relación de amor con el fútbol y el club de su ciudad, a la que siempre se obstinó en seguir llamando La Coruña. Una urbe por la que siempre mostró preocupación y dedicación desde su vida personal y profesional, en la que ejerció durante 42 largos años de jefe administrativo del Colegio de Farmacéuticos. Pero su verdadera pasión fue el deporte, lo que le llevó a ejercer cargos en especialidades tan dispares como el propio fútbol, el balonmano, el baloncesto o el atletismo. Y en todas ellas dejó una profunda huella por su desinteresado trabajo.
Mucho antes de ejercer de directivo en las distintas especialidades deportivas, Lolo, como desde pequeño fue conocido por sus familiares y amigos, comenzó a dar patadas a un balón en la Plaza de Azcárraga y en la desaparecida playa del Parrote, que años más tarde quedaría sepultada por las instalaciones de La Solana, otra de las pasiones de Montiel, que no dejó de acudir a diario siempre que le fue posible. De la playa del Parrote, pasó después a la del Orzán, ya que en ese club se formó como futbolista. Allí jugó durante trece años, cosechando importantes éxitos en todas las competiciones posibles. Con ese equipo llegó a medirse al Real Madrid en el Campeonato de España de Aficionados, toda una hazaña para la época. En aquel Orzán coincidió con jugadores como Beci o Cholo, que años más tarde harían historia con el Deportivo. Tiempo después fue Montiel el que la hizo desde los despachos del club de la Plaza de Pontevedra.

Pero antes de todo aquello se siguió formando en el fútbol modesto, esa inagotable cantera de jugadores y de la que también salieron todos los directivos que acompañaron a Augusto César Lendoiro en esa aventura de hacerse cargo del Real Club Deportivo en el año 1988. Montiel consideraba el fútbol modesto como una gran cantera de directivos, ya que “había que hacer mucho con poco”, algo que luego aplicarían con éxito en el fútbol profesional.

Curiosamente, el primer contacto entre Montiel y Lendoiro se produjo a través del balonmano, cuando ambos estaban al frente de la Federación Coruñesa. Al futuro presidente deportivista le quedó claro desde esa época que en Montiel tendría siempre un excelente colaborador y por eso quiso tenerlo cerca desde que se adentró en el complicado terreno del deporte profesional.
Lolo le dio calabazas en la primera intentona de Lendoiro de contar con su ayuda. Eran los tiempos en los que ejercía con gran éxito la presidencia del Liceo de hockey sobre patines. La segunda vez no pudo resistirse, ya que el amor por los colores deportivistas era muy intenso desde la infancia. Un club al que Montiel siempre vio como un auténtico embajador de su querida ciudad y al que ayudó a elevar a una dimensión que ni él mismo se habría podido imaginar cuando de la mano de su padre veía los partidos en el viejo Riazor.

Entonces pensar en que el Deportivo pasearía el nombre de A Coruña por Europa era un simple sueño.
Tantos años al servicio del deporte no hicieron que mermase su intensidad de trabajo. Hasta el último día se entregó en cuerpo y alma. “Siempre tenía una idea genial”, recordaba Augusto César Lendoiro de su fiel escudero.


“Era una persona excepcional en todos los aspectos”
Aunque el estado de salud de Manuel Montiel hacía presagiar lo peor, la noticia de su fallecimiento supuso un auténtico mazazo para el presidente deportivista. Augusto César Lendoiro recordó la figura humana y profesional de uno de sus principales colaboradores y envió un saludo muy afectuoso a sus familiares y amigos.

“Es una persona con la que he compartido más de cuarenta años. Un tiempo en el que convivimos con muchísima intensidad. Era, sin duda, una persona excepcional en todos los aspectos”, indica el presidente deportivista, que define a Montiel como “el secretario perfecto”: “Todo lo hacía bien y captaba perfectamente lo que tenía que hacer y que decir. Era excepcional a todos los niveles”. En el aspecto humano, el dirigente deportivista recuerda que su imagen podía llevar a engaño: “Parecía muy serio, pero era una persona encantadora, muy alegre y servicial. Se ofrecía a todos y para todo y siempre estaba tratando de resolver los problemas de la gente”.

Lendoiro recuerda la gran dedicación de Montiel al mundo del deporte: “Dedicó muchos años de esfuerzo y sacrificio al deporte coruñés y gallego, porque estuvo en el Orzán, en el Español y en el Deportivo, pero también se dedicó al balonmano, al baloncesto y al atletismo. El mundo del deporte le debe mucho y seguro que se lo agradecerá”.

El presidente valora el gran apoyo que siempre recibió por parte de Montiel: “Fue una persona importantísima en el club. Siempre estaba volcado en hacer cosas y en hacerlas bien y a eso se dedicó durante todos los años que estuvo vinculado al Deportivo y al deporte en general, así como en su vida profesional”.


Su última entrevista
La última entrevista concedida por Manuel Montiel. Fue en la revista del club, RCD, en junio de 2003, un momento bastante diferente al actual para la entidad, pero sus palabras siguen teniendo plena vigencia en una persona que se entregó en cuerpo y alma al deporte en general, al fútbol en particular y especialmente a su querido Real Club Deportivo, del que no pudo despedirse viéndolo jugar en Primera División.

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