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domingo, 17 de junio de 2012

ENTREVISTA A VALERON


—Treinta y siete años ya. ¿Mira la temporada que viene como si fuera la última?
—No es algo que me obsesione. Como he hecho siempre, me tomo lo que viene con la máxima ilusión, sin ir más allá,y pensando en que lo importante es que pueda ayudar al Deportivo a consolidarse en Primera. Venimos de un año muy duro a todos los niveles y regresar a la máxima categoría es un reto enorme para todos.
—Va a ser uno de los jugadores con más edad en Primera...
—Sinceramente, no esperaba llegar a estar así con 37 años. La exigencia en la carrera deportiva de un jugador profesional es enorme. Y más cuando tienes que superar lesiones importante, que fue mi caso. Pero estoy muy feliz. Gracias a Dios puedo seguir haciendo lo que más me gusta.
—Valerón y la Primera División. Es opinión unánime de que nunca debió romperse este binomio.
—La experiencia vivida este año con el Deportivo en Segunda ha sido muy importante para mí. Prefiero quedarme con lo bueno.
—Bernabéu, Nou Camp, San Mamés... Volverá a jugar en los grandes templos del fútbol nacional. ¿Añade motivaciones?
—Siempre es bonito e importante jugar en escenarios de tanto prestigio. Por encima de lo individual, mi satisfacción será mayor al ver que es el Deportivo el que regresa a campos en los que te prestigia competir.
—Manifestó que el ascenso ha sido lo más importante de su carrera, por encima de los títulos y sus partidos con España. ¿Tantas vivencias positivas ha tenido?
—Cuando bajamos, ante el Valencia, de Riazor no se movió nadie. Es una imagen que siempre recordaré. La tristeza de la gente, en un estadio lleno. Eso me llenó de responsabilidad. Decidí seguir para corresponder tanto cariño y, de cierta manera, subir fue un alivio, saldar esa deuda que teníamos con nuestra magnífica afición. La manera de corresponder a eso era que el equipo lo diera todo en cada partido y que cada uno se esforzara al máximo. Y lo conseguimos. Miro para atrás y tengo muchos momentos bonitos. Pero el del día del ascenso es diferente a todos por lo que significó. Había mucho sufrimiento detrás.
—No solo le aplaudieron en A Coruña. Por cada campo que pasó tuvo reconocimiento.
—Es algo que también quiero agradecer públicamente. No esperaba que le gente me pudiese querer tanto.
—¿Contó las veces en las que los rivales le pidieron la camiseta?
—(Ríe) Más de una vez me la pidieron. Pero a mí y a otros compañeros. No era el único.
—Treinta y siete años ya. ¿Mira la temporada que viene como si fuera la última?
—No es algo que me obsesione. Como he hecho siempre, me tomo lo que viene con la máxima ilusión, sin ir más allá,y pensando en que lo importante es que pueda ayudar al Deportivo a consolidarse en Primera. Venimos de un año muy duro a todos los niveles y regresar a la máxima categoría es un reto enorme para todos.
—Va a ser uno de los jugadores con más edad en Primera...
—Sinceramente, no esperaba llegar a estar así con 37 años. La exigencia en la carrera deportiva de un jugador profesional es enorme. Y más cuando tienes que superar lesiones importante, que fue mi caso. Pero estoy muy feliz. Gracias a Dios puedo seguir haciendo lo que más me gusta.
—Valerón y la Primera División. Es opinión unánime de que nunca debió romperse este binomio.
—La experiencia vivida este año con el Deportivo en Segunda ha sido muy importante para mí. Prefiero quedarme con lo bueno.
—Bernabéu, Nou Camp, San Mamés... Volverá a jugar en los grandes templos del fútbol nacional. ¿Añade motivaciones?
—Siempre es bonito e importante jugar en escenarios de tanto prestigio. Por encima de lo individual, mi satisfacción será mayor al ver que es el Deportivo el que regresa a campos en los que te prestigia competir.
—Manifestó que el ascenso ha sido lo más importante de su carrera, por encima de los títulos y sus partidos con España. ¿Tantas vivencias positivas ha tenido?
—Cuando bajamos, ante el Valencia, de Riazor no se movió nadie. Es una imagen que siempre recordaré. La tristeza de la gente, en un estadio lleno. Eso me llenó de responsabilidad. Decidí seguir para corresponder tanto cariño y, de cierta manera, subir fue un alivio, saldar esa deuda que teníamos con nuestra magnífica afición. La manera de corresponder a eso era que el equipo lo diera todo en cada partido y que cada uno se esforzara al máximo. Y lo conseguimos. Miro para atrás y tengo muchos momentos bonitos. Pero el del día del ascenso es diferente a todos por lo que significó. Había mucho sufrimiento detrás.
—No solo le aplaudieron en A Coruña. Por cada campo que pasó tuvo reconocimiento.
—Es algo que también quiero agradecer públicamente. No esperaba que le gente me pudiese querer tanto.
—¿Contó las veces en las que los rivales le pidieron la camiseta?
—(Ríe) Más de una vez me la pidieron. Pero a mí y a otros compañeros. No era el único.fuente Canarias7.@XALOMONTE

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