Meses después del descenso, el Deportivo vivía en una arcadia. Entre la convicción, la esperanza y los paños calientes el desastre se había convertido en una oportunidad para galvanizar la fe en la entidad. Florecieron los abonados y una inopinada ilusión que quizás salía del estómago más que de la cabeza. Comenzó la Liga y, mal que bien, el equipo se enganchó a los puestos cabeceros. Hasta ayer. Fue en el Prado de Santo Domingo, en Alcorcón, uno de esos feudos en los que el tópico, también la experiencia ajena, invita a remangarse y alejarse del divismo. Nada de eso hizo el Deportivo, que sufrió uno de los revolcones más fuertes que se le recuerdan goleado tres veces en un cuarto de hora, humillado (4-0) por un rival que extrae rendimiento a sus virtudes como pocos, que se agarra a unas señas de identidad que muchos minimizan y deprecian, pero que tiene cierta calidad arriba, un trío estimable de mediapuntas y un delantero, Quini, que marcó más de veinte goles la temporada pasada con el oficio que se le supone a quien carga con ese apodo.El ridículo fue anterior a las expulsiones de Colotto y Laure, que acabaron de sentenciar el partido con una hora por delante. Decisiones arbitrales discutibles por lo que suponen en cuanto a lastrar a un equipo que se quedó con dos jugadores menos sin dar ni una patada. Hay un reglamento y un espíritu para aplicarlo, hay colegiados como Mateu Lahoz, capaces de llevar las riendas de un partido sin defenderse a base de tarjetas, y otros como López Acera, que disparan de manera indiscriminada. Con todo, pareció que el Deportivo jugaba con nueve desde el primer minuto. Apelmazado, despistado, concediendo ventajas como faltas en las inmediaciones del área y saques de esquina, hábitat en el que el Alcorcón se encuentra cómodo. En un córner llegó el primer gol, tras prolongación en el primer palo y remate de Agus en la jugada más repetida del mundo. Dio muy leves señales de vida el Deportivo, incapaz de controlar el carrusel en el que se vio metido, de parar la pelota en el mediocampo, tocar e imponer un ritmo, con dos pivotes a los que no se les puede discutir la brega y el sudor, pero sí la capacidad para manejar las riendas de un equipo en el que su entrenador anunció intenciones respetuosas con la pelota.
Oltra, sin ficha para ubicarse en su sitio por la incapacidad del club para resolver el contencioso que le enfrenta al Vecindario, se recostó desarmado sobre su asiento del palco al cuarto de hora. Acababa de ver, con la misma perplejidad que el millar de aficionados deportivistas que se acercaron al prado madrileño, como el equipo local había sentenciado el envite con dos goles consecutivos, tras enviar además un remate al larguero. Marcaron Miguélez y Quini y pareció que aquel vendaval amarillo era Brasil del 70. Y no. Era el Alcorcón, en su campo apenas cabe una quinta parte de los socios del Deportivo. Selló la goleada Abraham, tras dos nuevos toques de cabeza en el área de Aranzubía, en una segunda parte que sobró, pero antes el equipo de Anquela estuvo impecable para darle al de Oltra una inmersión en Segunda, en la de verdad.
No menos meritorio que lo conseguido por los madrileños es el inicio de temporada que está protagonizando el Guadalajara, que con su triunfo (2-0) se ha colocado líder, agravando la crisis del colista, el Cartagena, que pese al cambio de técnico esta semana sigue contando sus encuentros por derrotas. El Cartagena mejoró la imagen, pero volvió a repetir algunos desajustes defensivos que le sentenciaron. Iván Moreno y Aníbal, los goleadores de la noche, y los pases y escapadas de Ernesto sirvieron para aprovechar las flaquezas murcianas. El efesé trató, con empeño, de cambiar el rumbo de partido, pero los nuevos líderes tiraron de oficio para evitar cualquier reacción.
Otra de las sorpresas de la competición, el Sabadell, volvió a dejar una buena impresión en la visita del Hércules (1-1). El conjunto que dirige Lluís Carreras se adelantó en el minuto diez merced a un tanto de Arteaga, pero los visitantes empataron a la media hora de encuentro de mano de Míchel. En la segunda mitad, el conjunto catalán puso mayor insistencia en buscar el triunfo, mientras que los alicantinos aguardaron para sorprender a la contra, aparentemente más contentos con el resultado, pero ninguno consiguió mover el marcador.
En el otro extremo de la tabla, el Huesca logró respirar al sacar los tres puntos en el Nou Estadi (1-3). El Nàstic no logró encontrar la manija del partido y a la media hora ya tenía que remontar dos goles, ambos anotados por Camacho. Pese a que el conjunto catalán no encontraba ideas, se encontró con un empujón en el minuto 58, cuando el colegiado decretó un penalti que transformó Powel y que supuso la expulsión de Clavero. El Huesca aguantó la última media hora de desordenado asedio y, en el descuento, Esparza firmó el 1-3 definitivo.
Con unas urgencias similares en la clasificación, el filial azulgrana se tuvo que conformar con un empate (2-2) ante el Recreativo. No tuvieron suerte los de Eusebio en ninguna de las dos áreas. Los de Huelva se adelantaron gracias a un despeje de Sergi Gómez que rebotó en Enrich y compensaron los goles de Riverola y Tello -el mejor de los azulgranas pese a su falta de puntería- con un remate poco ortodoxo de Ximo que sorprendió a Miño.
El otro filial de la categoría, el Villarreal, repitió empate, esta vez a un gol, en su visita al Alcoyano. Morcillo se sirvió de un córner templado por Miki para adelantar a los locales, que probablemente merecieron más, pero Fofo aprovechó un desajuste en la barrera del Alcoyano para devolver el empate al luminoso. En la segunda parte el Villarreal se quedó con 10 jugadores por la expulsión de Carlos Tomás y los locales redoblaron la ofensiva, aunque sin éxito.
Donde no faltaron goles fue en Montilivi, donde el Girona consiguió su primera victoria de la temporada al remontar (4-2) ante Las Palmas, en un partido en el que llegó a estar dos goles por debajo en el marcador. Los insulares vieron tres rojas, una para su técnico, José Manuel Rodríguez, y dos más para Hermer y Vicente Gómez. Más de media hora con nueve hombres que se les hizo demasiado larga.fuente el pais, @XALOMONTE
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