El Deportivo de La Coruña parece no tener prisa alguna por cerrar la contratación de las nuevas caras del equipo blanquiazul para la próxima temporada. El motivo de que todavía no se haya pisado el acelerador con los fichajes está claro: el club agotará al máximo los plazos para intentar hacerse con algún descarte de los equipos de Primera División.
Augusto César Lendoiro conoce de sobra como funcionan las cosas en el mundo del fútbol. Los conjunto de la elite se encuentran ahora en plena vorágine de fichajes y pronto van a tener en nómina a futbolistas con los que no cuenten para la temporada que viene. Ahí entrará la astucia del conjunto deportivista, que pretende formar una plantilla de garantías para conseguir el ascenso directo sin tener que pasar por el mal trago del play-off.
En las últimas temporadas es habitual ver como muchos equipos de Primera División ofrecen en las últimas semanas del mercado a los futbolistas que les ‘sobran’ a equipos de Segunda para que no pasen un año en blanco. El Deportivo partiría con cierta ventaja en esa especie de subasta puesto que el equipo con más nombre que hay en la categoría de plata.
De todas formas, el equipo blanquiazul no dejará todos los deberes para última hora e intentará ir cerrando poco a poco su plantilla, dejando, eso sí, varias fichas libres para poder aprovechar en agosto la ocasión de traerse a Riazor alguna “ganga”.
Por otro lado, Míchel, que estuvo cedido en el Depor la temporada pasada por el Valencia, y cuya continuidad en forma de préstamo en Riazor había quedado descartada hace una semana, vuelve a sonar con fuerza como posible refuerzo, pero esta vez como traspaso y no como cesión. “Las condiciones ahora son diferentes y lo que les planteo es que tengan al jugador en propiedad. No me gustaría que otro equipo tuviese esa opción y el Depor no, porque el Depor es el que nos gustaría que tenga la prioridad en estas condiciones”, manifestó su agente, Mario Parri, en la Cadena Cope.
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