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lunes, 4 de abril de 2011

EN UNA TARDE SOLEADA EN RIAZOR FINAL FELIZ














Cuando el encuentro de hayer llegó al descanso, el resultado en Riazor era de 0-1 a favor del Mallorca, ante un Dépor que había vuelto a desesperar a su afición en la primera parte, a la misma afición que había acompañado a los jugadores desde mucho antes de su entrada en el estadio y que , a pesar del ridículo ante el Levante, había vuelto a animar a los suyos. La pitada con la que el equipo se marchaba a los vestuarios estaba más que justificada, y muy pocos en Riazor se imaginaban que una tarde tan soleada como esta iba a tener final feliz.
Y es que en la primera parte, el Mallorca se adelantó en el marcador con gol de Webó en un despiste la zaga blanquiazul. El equipo coruñés no había creado peligro durante el primer acto ni había estado a la altura ni de su afición ni de lo mucho que había en juego.
De hecho, la primera ocasión de peligro no llegó hasta pasado el minuto 40, cuando Teixeira Vitienes, que ayer no anduvo muy fino, no señaló un claro penalti sobre Pablo Álvarez, que despertó al Dépor de su apatía y le hizo reaccionar.
En la segunda parte, la actitud del Dépor nada tuvo que ver con la del primer acto. Lotina dio entrada a Valerón, en lugar de Pablo Álvarez, y Riazor presenciaba el comienzo de otro partido. El canario tuvo participación directa en los dos goles del Dépor, esos que valieron una victoria. En el primero, sirve un pase entre líneas marca de la casa a Xisco, que definió ante Aouate como los grandes delanteros. El goleador lo celebró con rabia y beso al escudo.
En el segundo, también fue Valerón el que inició la jugada. Tras un rechace de la zaga, el cuero le cayó a Lassad, que controló y conectó un trallazo raso y ajustado al palo ante el que Aouate no pudo hacer más que lamentarse. El Dépor ganaba, atacaba y convencía. Lo más difícil ya estaba hecho. Solo quedaba aguantar.
Y el equipo entendió que la mejor defensa es un buen ataque. Siguió buscando un tercer gol, y Teixeira se tragó un penalti sobre Guardado antes de expulsar a Webó por agresión a Rubén Pérez. Con el pitido final, Riazor celebró un triunfo que permite al Dépor saldar parte de su deuda con la afición, La tarde era más soleada que nunca.fuente xornal

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