El Deportivo empezó ayer el entrenamiento sin lesionados y con 31 jugadores a las órdenes de Miguel Ángel Lotina. Un panorama idílico que no tardó en romperse, cuando Riki hizo saltar la alarma en los últimos minutos de la sesión. "Me c... en todo", exclamó de repente el delantero durante el último partidillo, ante la preocupación de todos sus compañeros. El madrileño tuvo que abandonar de forma inmediata el entrenamiento, con evidentes gestos de preocupación, mientras era tranquilizado por el doctor Carlos Lariño. Quien más y quien menos ya se temía lo peor, en una temporada en la que Riki ya ha sufrido otras seis lesiones (la mayoría musculares), pero finalmente parece que el problema se podría quedar en un gran susto.
En un principio se apuntó que el jugador había sufrido un pinchazo en un abductor, pero las molestias de Riki se desplazaron con el paso de las horas hacia la cadera, donde parece que sufre una inflamación. Ese cambio hizo que el delantero se acercase a la consulta del doctor Rafael Arriaza para una exploración en profundidad. Pese a que no se le harán las pruebas médicas definitivas hasta este mediodía, 24 horas después de la lesión, desde los servicios médicos hay bastante optimismo. "No parece algo demasiado preocupante. En principio, se puede quedar en una pequeña inflamación o pinzamiento, pero con los antecedentes que tiene, queremos esperar a las pruebas", reconoce el doctor Arriaza.
Ya se ha descartado que el delantero sufra una recaída de sus problemas anteriores, pero Arriaza insiste en que quieren mantener una especial precaución con Riki: "Quizás nos pasamos de precavidos, pero ha pasado por tantas situaciones, que cualquier sensación se puede convertir en algo potencialmente peligroso. Le hemos dicho que pare ante cualquier duda". Hoy se despejarán todas las incógnitas sobre el estado de Riki.fuente as
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