Translate

jueves, 6 de enero de 2011

TRES REGALOS DE LOS REYES



















El Deportivo recibió ayer tres regalos de Reyes. El primero fue una absurda e infantil mano de Jonathan Sesma en el minuto 90' en el área que regaló a los de Lotina la prórroga cuando el Córdoba ya saboreaba la clasificación. El otro fue ver a Valerón en su pura esencia. El mago de Arguineguín dio un auténtico recital de visión fútbol y toque que recordó a su mejor versión. Puede que algo lenta, vale, pero ayer demostró jugando los 120 minutos que todavía le queda cuerda.

El tercer Rey Mago fue Adrián, que no titubeó en los dos penaltis y que supo definir con calidad el gol que metía al Deportivo en los cuartos de final tras, como no, un gran pase de Valerón. El asturiano está de dulce, con su hat-trick de ayer lleva cinco goles en dos partidos y el sábado toca el Barça, el equipo con el se estrenó en Primera. ¡Qué tiemblen los de Guardiola!

Si Riazor se llevó regalos de sobra, para el Córdoba sólo hubo carbón. Planteamiento perfecto de Alcaraz, gol a cinco minutos del final que les lleva a cuartos y... a casa. Sesma se acordará de esa mano, y el Córdoba, de una bonita Copa que pudo ser mucho más.

La primera gran noticia después de las lamentables condiciones de la ida, llegó del césped. La alfombra de Riazor invitaba a jugar, y los dos lo hicieron. Eso sí, cada uno con sus armas. De inicio el Depor se adueñó del partido, en parte por la obligación de todo local y en parte por la invitación de Alcaraz. El Córdoba sabía que para pasar tenía que marcar, pero también que alocarse podía ser la sentencia.

Los de Lotina comenzaron buscando la elegancia y magia de Valerón, aunque se encontraron con la perseverancia de Morel, que desde el lateral izquierdo se convirtió en un incordio. Los coruñeses amagaron con centros, con Dioni y con un disparo del insistente Juan Rodríguez. Fue un chaparrón, no un diluvio, y el paraguas del Córdoba aguantó sin demasiados agobios esperando su oportunidad. Y llegó a los 17 minutos, y muy clara. Un centro de Javi Flores fue peinado por De Cerio, pero el balón encontró el poste. El sabor a madera le debió parecer poco al balón, que en un rocambolesco rechace se encontró con el larguero. El banquillo cantó el gol, pero la madera no.

El susto le hizo daño al Depor, que entregó un balón que hasta entonces había sido suyo. El Córdoba siguió a lo suyo, pero ahora, tocando y buscando a un Charles muy participado e incansable en los desmarques. Un robo suyo tras un error de Rochela terminó en amarilla para el central que los visitantes vieron roja. Cuestión de apreciación, y de intereses.

Poco a poco el partido se quebró, se rompió y dividió el campo en dos parcelas en las que desapareció la media. Las idas y vueltas acabaron por refrescar al Deportivo, que tuvo en las botas de Juan Rodríguez otras dos claras ocasiones. La primera salió lamiendo el poste. La segunda le cayó a la zurda, y entre la pierna mala y Alberto se diluyó el peligro.

Prórroga.
El guión siguió el mismo curso hasta que quedaban cinco minutos para el final. Ahí apareció la fe del Córdoba, ésa que le hizo eliminar al Racing cuando ya nadie contaba con ellos. Charles dejó pasar un balón entre sus piernas descolocando a la defensa del Depor y dejando franco a Arteaga, que no perdonó. La historia se repetía ante otro Primera que vendía la piel antes de cazar al oso, pero apareció Sesma. Un centro colgado a la olla de forma desesperada por el Depor tuvo la peor de las respuestas de un veterano y con tablas como el canario. ¡Mano! y claro, penalti. Con el tiempo cumplido y Alcaraz desesperado, Adrián no fallaba desde los once metros, a pesar de los esfuerzos de Alberto. Para aumentar el castigo, Tena se expulsó por una dura entrada sobre Valerón, que convertía la prórroga en un sufrimiento numérico y moral por la oportunidad regalada.

Los 30 minutos extra fueron la crónica de una muerte anunciada. La conexión entre Valerón y Adrián terminó por castigar y hundir a un Córdoba que se quedó a las puerta de convertirse en el matagigantes de esta Copa del Rey.

No hay comentarios:

Publicar un comentario