Tantas veces había sido un problema (su espalda es un coladero) que nadie esperaba que ayer Mathieu se convirtiera en el salvador de un Valencia atascado ante un Depor parapetado en su área que había logrado llevar el partido a su terreno. Pero si Lotina amontonó hombres como solución defensiva, Emery hizo lo propio como remedio ofensivo y tuvo su premio cuando el lateral izquierdo irrumpió como jugador más adelantado y fusiló a Aranzubía.
Fue el primer tanto de la tarde, pero valió por los dos porque llevó el sello de definitivo desde que el balón entró ante la nulidad atacante de los gallegos. Tino Costa fabricó la acción que abría la lata deportivista y esta vez no fue Soldado, ni Mata, ni Pablo... sino Mathieu el que convirtió el buen trabajo colectivo del resto en un gol de tres puntos. Llegó así la cuarta victoria seguida de los de Emery, que se aferran a la cuarta plaza con poca brillantez y mucho corazón.
Y mientras el Depor sigue viendo de cerca el peligro por su incapacidad de anotar lejos de Riazor. Eso va unido a su actitud inicial de cinco defensas y todos metidos en su campo y a la poca puntería de los de arriba pues, cuando los gallegos se soltaron e hicieron suyo el partido, Lassad erró una clara ocasión (gran parada de Guaita). Además, el colegiado no les ayudó pues dejó sin pitar un penalti por manos de Dealbert.
Muy defensivo.
De salida Lotina entregó el balón al Valencia para ver de qué eran capaces los ches. Ahí se comprobó la incapacidad valencianista de entrar en la poblada área deportivista, aunque a cambio renunciaron a dar cualquier tipo de susto en ataque, con lo que a lo máximo que aspiraban era a arañar un punto. Hasta el descanso el guión fue ése, aunque entre Vicente, Banega y Mata parecía que el tanto local acabaría llegando.
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