DUELO DE OPTIMISTAS

Deportivo y Málaga caminan todavía al borde del precipicio. Sin embargo, en ambos equipos se ha declarado el estado de optimismo, aunque por diferentes motivos. En A Coruña, la defensa de cinco de Lotina ha reflotado otra vez más al equipo, sumando cinco partidos sin perder (dos de Copa y tres de Liga) y unas sensaciones de solidez inéditas en esta temporada. En la Liga, el Depor ha sumado siete de los últimos nueve puntos para salir del hoyo y llevar la tranquilidad al banquillo. Precisamente de ahí, es desde donde nace la esperanza del Málaga. El efecto Pellegrini ha sido inmediato, con una victoria en Copa y un triunfo en casa en Liga que se había resistido hasta la llegada del chileno.

El reto para Pellegrini es doble en su visita a Riazor. El estadio coruñés es territorio vedado para los andaluces, con un duro balance de 14 derrotas y 3 empates. No parece el mejor lugar para confirmar la reacción, aunque el técnico chileno ya consiguió acabar con otro gafe histórico el año pasado con el Real Madrid. Los blancos llevaban 19 años sin conquistar A Coruña, una nefasta racha que terminó de la mano de Pellegrini y el tacón de Guti (1-3).

Cuatro novedades.
El duelo de sensaciones positivas está servido, y las armas de unos y otros serán muy parecidas a las de la semana pasada. Lotina hará dos cambios, uno por obligación y otro por convicción. La repentina baja de Riki por apendicitis será suplida por el joven Dioni, mientras que Desmarets dejará en el banquillo a Saúl. Pellegrini, al igual que el de Meñaka, moverá dos piezas en su once por idénticos motivos. Recio se pondrá los galones del lesionado Apoño, mientras que Edinho ocupará el puesto de Sebas Fernández, presuntamente agotado por una semana más de virus FIFA.

La curiosidad del partido puede pasar por saber quién querrá el balón. El Depor, desde que juega con tres centrales, exprime la estrategia y se encuentra más cómo a la contra. El Málaga, por su parte, goza con espacios con sus velocistas Eliseu y Baha como puntas de lanza. Guerra de nervios, táctica y estilos para intentar que el optimismo no se transforme de nuevo en depresión.