Riazor vivirá hoy una tarde de todo o nada; de vida o muerte; de Lotina sí, Lotina no. El crédito para el de Meñaka se ha agotado y si el Depor no gana, su etapa en A Coruña habrá llegado a su fin tras 123 partidos de Liga. La casualidad ha querido que su juez sea el Espanyol, un equipo al que dirigió dos temporadas y con el que vivió una salvación in extremis y un dulce título de Copa.
Los motivos de su destitución están en los números: un partido ganado de los últimos veintidós, el equipo menos goleador de Primera, actual colista... En fin, una cuesta abajo que hace sudar tinta a Lendoiro al escuchar la palabra Segunda silbando detrás de sus oídos. El ultimátum está encima de la mesa y Lotina tendrá que resolverlo ante el equipo revelación de la Liga. Y es que el Espanyol ha tenido un arranque espectacular. Pochettino amenaza Riazor desde su atalaya europea con una mezcla de cantera y experiencia que está funcionando como un reloj. Además, el alumno le tiene tomada la medida al maestro, porque las tres veces que el técnico del Espanyol se ha cruzado con Lotina le ganó la batalla.
La cosa pinta cruda, pero cuidado con el Depor. Lotina salió de una peor hace tres años con la defensa de cinco y ha vuelto a agitar la fórmula mágica para salvar el match-ball.
Duelo táctico.
El jueves en Copa, el de Meñaka hizo un ensayo general y el resultado fue prometedor. El Deportivo mereció ganar a Osasuna por juego y ocasiones, y además recuperó gran parte de la solidez perdida. Lopo, Aythami y Colotto serán de nuevo los tres centrales, mientras que la esperanza del gol estará en las botas de Adrián, Saúl y Riki.
La variante táctica no ha pasado desapercibida para Pochettino, que matizará su once para hacer daño. Verdú se retrasará al pivote y jugará junto a Duscher para buscar la posesión formando un dúo con sabor añejo deportivista. Dátolo y Callejón ocuparán las bandas con la misión de que Manuel Pablo y Rindaroy se preocupen más de defender que de atacar; mientras que Luis García y Álvaro serán los puñales. Apasionante duelo, si no llega a ser porque el Depor, y sobre todo Lotina, se juegan la vida.
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