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domingo, 17 de octubre de 2010

LLEGO EL MOMENTO DE LEVANTARSE

















Sólo han pasado seis jornadas, pero para Depor y Osasuna parece una eternidad. Los malos resultados angustian a ambos, y el colchón de dos puntos que tienen ahora los rojillos puede quedar en nada si caen esta tarde en Riazor.

El parón liguero ha dado para mucho, sobre todo en A Coruña. Desde el vergonzante 6-1 del Bernabéu ha habido tiempo para que los Riazor Blues convirtiesen un entrenamiento en una fiesta de apoyo a sus jugadores con lema incluido: 'Unión y compromiso'; las peñas han pedido llenar Riazor; y el psicólogo de Lotina se sumó el viernes en el vestuario de Riazor a la campaña de apoyo. La reacción, por ahora, ha sido en positivo, algo que ha despertado la envidia de Camacho y sus jugadores. En Pamplona también hay temor, pero las voces se dividen entre ánimos y reproches sin formar un frente común.

En principio, el Depor toma ventaja en la batalla de los nervios, lo mismo que adelanta a Osasuna en la psicología del partido. Mientras el goleador Pandiani, al que han disfrutado y sufrido por igual en Riazor, se quedó en casa, Aranzubía vuelve a la portería cargado de galones. Su presencia levanta el ánimo y los recuerdos, porque el Depor no sabe ganar sin el riojano. La debacle ha situado colistas a los coruñeses, que presentan un reguero de estadísticas negativas que empeoran jornada a jornada. Claro que Osasuna, con once derrotas en sus últimas once salidas, tampoco puede sacar pecho.

Pero todos los factores externos se convertirán en lejanos recuerdos cuando ruede el balón. Tanto Lotina como Camacho esconden sus onces para una partida de ajedrez que se puede decantar más por la intensidad que por magistrales movimientos de piezas; con todo el respeto para Adrián, Camuñas, Lassad o Vadocz.Noticia de Luis de la Cruz

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