El 4 de mayo de 1994 el ya famoso penalti de Djukic privó al Deportivo de ganar la Liga. El Superdepor comenzaba a codearse con los grandes en una etapa prodigiosa que dejó seis títulos en la vitrinas de Lendoiro: una Liga, dos Copas y tres Supercopas.
La gloria duró diez años exactos, hasta el 14 de mayo de 2004, cuando el Oporto de Mourinho se cruzó en su camino. En su cuarta temporada en Champions, y después de eliminar a Juventus y Milán, el Oporto aparecía en semifinales como el último escollo hacia la gloria. El actual técnico del Real Madrid asesinó al Superdepor, y lo hizo con las mismas señas de identidad que hoy pregona: solidez. El Depor fue incapaz de marcar y un gol de penalti de Derlei sentenció. El tanto tuvo historia. Andrade, central titular, fue expulsado en la ida por una patadita a Deco. En realidad, estaba bromeando con su ex amigo del Oporto, pero el árbitro no sabía eso. Su sustituto ante la sanción, César, cometería el penalti decisivo.
Sin revancha. De aquel Deportivo sólo quedan dos jugadores en la actual plantilla: Manuel Pablo y Valerón. Ninguno lo ha olvidado, pero el Flaco no quiere oír hablar de venganza: "Ni se nos pasa por la cabeza pensar en una revancha con Mourinho, no tiene nada que ver. Ahora luchamos por seguir en Primera". Y Manuel Pablo lo explica: "Vamos al Bernabéu con ilusión a buscar algo positivo; nada más que eso".
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