Los resultados van a llegar. Solo hay que darle al equipo, y a Lotina, la confianza que en estos momentos necesitan para seguir haciendo su trabajo y para que puedan analizar y mejorar los fallos que ahora tienen. Para ello necesitan calma y tranquilidad, no crítica tras crítica. Porque el fútbol, además de técnica, es un estado de ánimo. Si ellos son optimistas, no seamos nosotros, ni la prensa ni la afición, los que se lo echemos por tierra.
“Creo que tenemos una plantilla para reaccionar y para no pasar apuros”, dice Manuel Pablo, el capitán. ¿Por qué no se le da un poco más de crédito?
Como dicen los Riazor Blues, es el momento de estar unidos, no de señalar culpables y cortar cabezas. Además, el próximo fin de semana el Dépor tiene una muy buena oportunidad de reconciliarse consigo mismo y con su afición. El Bernabéu, con un Madrid lastimoso, es ahora mismo un campo del que se puede sacar mucho beneficio. La derrota entra dentro de lo previsible, la victoria daría el impulso necesario para el despegue definitivo de este equipo, que seguro, lo que menos desea es pasar una angustiosa temporada.
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