MANU SALVADOR

El Deportivo salió vivo como pudo del exigente test que le planteó ayer el Olympiacos de Valverde. Manu fue el protagonista de la noche en un equipo que falló por las bandas, pero que logró poner el candado de nuevo a su portería. Continúa con su gafe ante los equipos de Primera, a los que no ha podido ganar en esta pretemporada.

Como siempre, el Depor quiso ser el protagonista desde el primer minuto, pero el Olympiacos arrancó avasallando al conjunto coruñés, apoyándose en su mejor forma física, en su extenuante presión y en las dudas defensivas de los hombres de Lotina. Laure y Seoane no pasaron la prueba y por las alas llegó el peligro. Ya en el minuto dos se pudo ver la primera parada de Manu y en los compases sucesivos Rommedahl, Mitroglou y, sobre todo, Fetfatzidis le perdonaron la vida a los coruñeses. El demérito fue suyo, pero en algunas de esas jugadas el mérito también fue de Manu, que como ya hizo hace algo más de una semana en Londres, logró que el Depor no saliese derrotado del Georgios Karaiskakis. En su debe, sólo un despeje que llevó el susto a sus compañeros, pero sin duda fue el responsable de la igualada al descanso. El bagaje ofensivo fue de nuevo escaso con un doble pivote formado por Antonio Tomás y Rubén Pérez que estuvo desaparecido y con un Juan Domínguez que al que le costó asumir el mando. El único momento de inquietud para la grada rojiblanca se produjo con un gran centro de Saúl que Riki no acertó a mandar de cabeza a la red.

El segundo acto tampoco tuvo ni un momento de relajación, ya que en el minuto dos, el recién entrado Diogo mandó un balón al palo. El Olympiacos no aflojaba y el Depor se defendía como podía para intentar frenar las acometidas de la legión española del conjunto heleno formada por Óscar González, Riera o el adoptado Ibagaza. En los minutos finales se desperezó con los cambios e incluso Juan Domínguez pudo dar la victoria, pero Manu tuvo que volar para hacer la última intervención de la noche y sellar el empate.NOTICIA DE AS