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miércoles, 4 de agosto de 2010

A LOS PENALTIS





























El Newcastle se llevó la LXV edición del Teresa Herrera con poco fútbol, bastante dureza y ninguna elegancia. Cuando Barton marcó el lanzamiento decisivo en la tanda de penaltis contra un decepcionante Deportivo, se despidió de Riazor con un corte de mangas. Fue el epílogo a una noche en la que el fútbol brilló por su ausencia.

No sería justo exigirle a este Deportivo que funcione como un reloj con cinco caras nuevas en el once (Stopira, Rubén Pérez, Míchel, Saúl y Urreta), pero el equipo coruñés volvió a repetir muchos de los errores de la pasada temporada. La primera media hora no dio para mucho, pero al menos sirvió para comprobar que Lotina podría haber encontrado un organizador de garantías. Rubén Pérez estuvo en contacto permanente con el balón y participó en casi todas las jugadas del Deportivo.

Al palo.
Cuando los jugadores se empezaron a cansar, llegaron las primeras ocasiones. A los 39 minutos, Saúl recogió un rechace de Harper y cedió el balón a Míchel. Con el guardameta fuera de la portería y sólo dos defensas ingleses bajo los palos, el valenciano estrelló el balón en el poste.

Si el primer tiempo había sido flojo, el segundo fue soporífero. El Deportivo perdió el control del juego y a falta de cuatro minutos llegó la jugada tonta del partido. A Manu se le escapó un balón inofensivo y cometió un absurdo penalti sobre Coloccini, pero el portero pasó de villano a héroe cuando detuvo el lanzamiento de Barton. Todavía con ese recuerdo fresco, el Teresa Herrera se tuvo que decidir en los penaltis. Riki falló y el propio Barton se vengó de Manu al convertir la pena máxima,NOTICIA DE AS

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