C. Miranda | 05/08/2010
Rubén Pérez es el fichaje que lleva menos tiempo en A Coruña, pero es el que presentó una mejor tarjeta de visita en su puesta de largo en Riazor. El andaluz viene de ser un habitual en el filial colchonero en Segunda B, pero no le tembló el pulso en su debut en Riazor. Tomó la manija y llevó el timón del centro del campo hasta tal punto que fue elogiado por Lotina y ovacionado por la grada de Riazor al ser sustituido. "Cuando me cambiaron, la gente reconoció mi trabajo con un aplauso. Estoy muy contento por ese detalle y por cómo me fue en el partido, aunque siempre duele perder el trofeo del club. Por ahora, va todo muy bien y no pienso en marcharme del Deportivo".
"Toda mi vida he pedido permanente con el balón y si ahora es lo que me pide Lotina, pues mucho mejor para mí". El pivote astigitano fue quizás el futbolista al que se le pudo ver más en contacto con el esférico y desde ahí intentó dar criterio en la salida al juego del Depor. Tocó en corto y en largo con suerte dispar, pero su labor y predisposición siempre fue reconocida: "Lo que se pudo ver es mi juego, aunque siempre intento adaptarlo a lo que me piden. Lotina me decía que bajase a recibir y que sacase el balón, y eso fue lo que quise hacer. Cuando empecé en el Atlético jugaba un poco más adelante y cuando llegué al primer equipo me colocaron en la banda derecha, pero casi siempre he jugado como mediocentro".
"No creo que me haya costado la adaptación, porque compartí mucho con los jugadores del primer equipo del Atlético". Rubén Pérez no llegó a tener un papel destacado con los mayores en el Manzanares, pero cree que lo que aprendió con ellos, le ha servido ahora para no notar en exceso el salto de categoría. Su próximo reto será seguir convenciendo a Lotina el sábado en Upton Park ante el West Ham.
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